Historias reales Mira las historias "Felices Juntos" de gatos ayudados por FELIWAY
Stig, 6 años
Estaba trabajando como responsable en una planta de reciclaje especializada en residuos orgánicos el día en cuestión, poco me imaginaba yo que lo que había empezado como una mañana normal y corriente acabaría conmigo llevándome un adorable gatito chillón y malhumorado...
... Cuando llegué al trabajo ese día, me encontré un gran revuelo en la planta; pronto estubo claro que un par de los chicos habían visto algo que podría ser una rata grande o un gato pequeño corriendo entre las máquinas. Efectivamente, después de estar observando durante un par de minutos, un pequeño gato gris atigrado salió disparado de la nada directo hacia una de las máquinas trituradoras que utilizamos para desmenuzar los residuos.
Afortunadamente para el atigrado, la máquina no estaba encendida - pero desafortunadamente para nosotros que no lo estuviera, estábamos perdiendo dinero cada minuto. Después de varias horas, y un par de latas de atún, conseguimos sacarle de su escondite; necesitamos 6 hombres adultos para meterlo en una caja de cartón grande. El pequeño no tenía collar y era tan pequeño que probablemente no había pertenecido a nadie; el resto de su camada no se veía por ningún sitio, así que hice lo único que me pareció correcto, me lo llevé a casa.
La reacción de mi pareja fue al principio de sorpresa y después de enfado porque el gatito hizo sus necesidades en la alfombra del comedor y luego destrozó el baño. Decidimos llamar a nuestro pequeño alborotador Stig.
Nuestro primer mes con Sig fue cuanto menos difícil, era extremadamente agresivo; bufando y atacando cuando nos acercábamos, literalmente tenías que llevar guantes de goma si querías acercarte a él. Habíamos oído que los gatos salvajes eran difíciles de integrar en la vida doméstica, pero como solo tenía unas 5 semanas cuando le trajimos a casa, creíamos que era tan joven que le podríamos convertir en un miembro modélico en la sociedad gatuna.
Al cabo de otro par de semanas, un amiga nuestra nos comentó que quizá Stig estaba sufriendo estrés felino, algo que realmente no habíamos contemplado ni sabíamos nada al respecto. Ella tubo una experiencia similar con su propio gato, y su veterinario le recomendó que probara Feliway. Compramos un difusor de FELIWAY en nuestra clínica veterinaria, y nos dijeron que la feromona liberada era una copia de la feromona facial que los gatos producen cuando sienten seguros y felices; literalmente calmaba los gatos hablándoles en su propio idioma.
Después de un mes utilizando FELIWAY Stig era un gato completamente distinto, nos pareció un milagro. No solo nos dejaba acariciarlo, sino que también venía a sentarse en nuestro regazo. Incluso comenzó a interaccionar con gente de fuera, algo inaudito hasta entonces.
La interacción con otros gatos también era algo que nos preocupaba antes de Feliway, pero hace poco tuvimos a mi madre y su gato Smokey en casa durante un mes y gracias al difusor, ¡ambos se llevaron bien! No hubo peleas.
Tenemos que dar las gracias a FELIWAY por transformar a Stig en el adorable y amigable gato que es ahora.